11 de noviembre de 2016

DCCXCIII.- Hasta la coronilla


La infame irracional que moscardón prefiere 
asirse a la tristeza alrededor de mí:
celópata coleóptero veneno y mugre, 
repulsa mi intestino madrugaba solo: 
rumiando la intrincada insensatez no duermo. 

Le digo la verdad, 
la cantimplora, miento, 
le cuento no le cuento la complace mi voz, 
la cruda fanfarrona maricona sindicata
la pillo en buena, la quiero lejos, 
la desconozco y no sé que hacer.

El diablo me sulfura 
por mi cura adentro, 
que ha muerto cierto puerto, que la paz encontraré
y sigo vivo, viviré y la oigo odiarse contra mí, 
manipulándomente: supone malas vibras 
en mi caparazón, no aguanto más.

Me quiero ir. 
Me quiero atar:
un ángela culebra desenhebra mi cogote, 
pellejo que no quiero ser un viejo pelón.
Repite una palabra que te diga significa:
no puedo abandonarla, porque llórando de ti.

Qué voy a hacer mujer: 
perder, placer, comer,
emborrachándome, inaugurando un animita 
que me quita la matanza carretera al borde 
de una curva plástica, fantástica, con flores 
y motores en prenda. No puedo más.

Fracaso pencazo porrazo. 
No hay caso con mi forma de ser 
apasionado, namorado y entregado, 
engañado, pensionado, insomne:
que quede sola, que me sepulte,
que me haga mierda.

No quiero más.


No hay comentarios.:

Nos gusta Cuculí Pop