
Le tuve miedo a la palabra instante,
a la que cumple la función de filigrana,
esa de gruesa unión en cada palabra,
que es verborrea y yo sentí temor.
Y estando juntos encendí la lámpara
que nos llevó hasta aquella playa dorada,
que nos sumerge cual desconocidos:
fui un elemento de la estricta Kalú.
Tu suave amor, la compañía perfecta,
la cualidad de ser amiga y farola
(lo que sin duda fue sin darnos cuenta):
Hasta la muerte yo seré uno de los dos.
Haremos juntos una nueva mirada,
por celebrar cada cumpleaños que nos quede
y la princesa nacerá: ¡Será tan nuestra!
Seremos hijos en la casa de la luz.
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