
¿Que la otra vida queda
allá en el más allá?
¡Es sólo una vereda!
La bástanos cruzar...
Toda nuestra suerte
entre un millón de rejas:
un montón de muertes,
nos paran y te alejan.
Sabemos lo que somos:
dos sombras de papel
y sin saber yo cómo
resulta que te amé.
Y crees que sólo sueño
sentir ese placer,
que nadie fue tu dueño,
que nunca me casé.
Mañana por la tarde
te espero en el correo:
verás cómo nos arden
los labios del deseo.
allá en el más allá?
¡Es sólo una vereda!
La bástanos cruzar...
Toda nuestra suerte
entre un millón de rejas:
un montón de muertes,
nos paran y te alejan.
Sabemos lo que somos:
dos sombras de papel
y sin saber yo cómo
resulta que te amé.
Y crees que sólo sueño
sentir ese placer,
que nadie fue tu dueño,
que nunca me casé.
Mañana por la tarde
te espero en el correo:
verás cómo nos arden
los labios del deseo.
2 comentarios:
Estuvo...
solo que se calló...
no lo vió...
y no entendió...
señor escritor si fueran par mi esas palabras me tendria a sus pies, nadie puede no haber entendido tan profundo sentir
besos del alma
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