
Si cuando digo llorando que la fuerza me abandona,
arremolinas el candor de mar adentro al volar,
en elevar y consagrar por mi cabeza coronas:
donde pasas tú, la melodía y su atavío en romería estelar.
Sé mi delirio brotando de acordeones imposibles,
ola nueva que humedece -¿te parece?- y cantaremos
o seremos a su turno dos en uno amaneciendo,
el unocturno sereno y lo que es bueno de amar.
Has sido lo mejor que pudo acontecerle a alguien:
el brillo de esa mística alegría que nos hace todavía vivir,
tras alcanzarla y conseguir que me ilumine elegante:
claramente, lo mejor que acontecerme pudo nunca jamás.
arremolinas el candor de mar adentro al volar,
en elevar y consagrar por mi cabeza coronas:
donde pasas tú, la melodía y su atavío en romería estelar.
Sé mi delirio brotando de acordeones imposibles,
ola nueva que humedece -¿te parece?- y cantaremos
o seremos a su turno dos en uno amaneciendo,
el unocturno sereno y lo que es bueno de amar.
Has sido lo mejor que pudo acontecerle a alguien:
el brillo de esa mística alegría que nos hace todavía vivir,
tras alcanzarla y conseguir que me ilumine elegante:
claramente, lo mejor que acontecerme pudo nunca jamás.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario