
Hubo un largo día,
cuando todos estaban en el patio:
las buganvilias llenaban el aire
y la vida de púrpura resonancia flor.
Gritaba el entusiasmo
y mordíamos la carne sin ver,
atentos como ciegos al sonido
inmaculable de la dicha celeste.
¡Cómo se vestía la Reina Madre!
Bebiendo y trayendo, en una bandeja,
ladina y graciosa, mi queso y mi pan.
Ha pasado tiempo desde aquella tarde,
y ya no lo recuerdo, pues mi abuela vieja
no me reconoce y si la llamo, se va.
cuando todos estaban en el patio:
las buganvilias llenaban el aire
y la vida de púrpura resonancia flor.
Gritaba el entusiasmo
y mordíamos la carne sin ver,
atentos como ciegos al sonido
inmaculable de la dicha celeste.
¡Cómo se vestía la Reina Madre!
Bebiendo y trayendo, en una bandeja,
ladina y graciosa, mi queso y mi pan.
Ha pasado tiempo desde aquella tarde,
y ya no lo recuerdo, pues mi abuela vieja
no me reconoce y si la llamo, se va.
4 comentarios:
¡Qué memorables días traéis a mi memoria cuculi,inolvidables y evoca la mamy,la GOGA,como tú lo haces,y ¿sabes? ella no te ha olvidado,al menos a ti,quizás si a tu hermano,que la última vez que estuvo en su casa, ella,preguntó por él(no lo veía más de un año)le dijo "¿cómo te llamas?",Camilo,debió haber sentido mucho dolor,pero así es el Elzeimer hijo,un día si y al otro no.
Tu abuelita te ama y te recuerda con mucho cariño.Pero ¡¡¡Si el otro día la llamaste!!! Estaba muy contenta.
Bougainvillea, esa es la palabra
Ni tanto, sólo buganvilia (justo en la esquina con Los Lilene)
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