
Mágica inconclusa que nos fue de pronto
ánima de todos los que estamos aquí,
ráfaga impaciente del destino tonto,
ínfima, doliente, delicada y es
águila que siempre nos hará vivir.
Irnos por el agua que tu mano llore,
niña, no queremos olvidarnos de ti:
éramos la tarde de las trece flores,
sangre de la vida que se va feliz.
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