Te pareces a mi fértil candorosa primavera
y a la tímida silente y estimúlica visión:
glamorosa fantasía que fue vino y compañera,
melodía sinfonía y camaleón caparazón.
Permanente pesadilla de rosadas habitudes,
de limones y de sexo que no sangra jamás.
Yo no quiero por ahora mentiroso proscribirte
ni tampoco claramente todavía despertar.
Allá encima de la mesa, en una pieza vacía,
la tortilla y el habano que se apaga pertinaz,
tu poder y las maletas olvidadas en el patio,
y en la extensa carretera del cometa y el placer,
va tu nombre que se esconde, prodigioso minotauro:
yo descubro que no has sido indiferente para mí.
y a la tímida silente y estimúlica visión:
glamorosa fantasía que fue vino y compañera,
melodía sinfonía y camaleón caparazón.
Permanente pesadilla de rosadas habitudes,
de limones y de sexo que no sangra jamás.
Yo no quiero por ahora mentiroso proscribirte
ni tampoco claramente todavía despertar.
Allá encima de la mesa, en una pieza vacía,
la tortilla y el habano que se apaga pertinaz,
tu poder y las maletas olvidadas en el patio,
y en la extensa carretera del cometa y el placer,
va tu nombre que se esconde, prodigioso minotauro:
yo descubro que no has sido indiferente para mí.
1 comentario:
cuerpos dolidos de la ausencia que se dice a sí misma, donde la no pertenencia es propiedad y tal vez morada.
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