
Hubo una nocturna
algarabía silenciosa,
oscura y provechosa:
me encontré con ella, ayer.
Sentí que un organismo
de complejas posiciones
se henchía y se dormía
dentro de ámbitos de pan.
El hombre y el hambre
de esa histórica mujer,
que no se había dignado
a alimentarse de mí.
Un rapaz que la atrapaba,
se adueñaba respirando,
jadeando y se fue lejos
a ocultarse en medio de él.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario