20 de agosto de 2022
MCLXXXII.- Livianochecer
Traga el veneno,
que ya va a pasar:
la rabia y el trueno
tendrán su lugar.
Pero algo de bueno
devuelve la mar
que guarda en su seno
un amor singular.
Tan puro conservo
mi rostro de fiel
e intrepido acervo,
que endulza la hiel.
Y al áspero cuervo
que roe la piel,
le sigue otro ciervo
que trae la miel.
Ninguna toxina
perdura ya en mí,
ponzoña de inquina,
el sopor va a morir.
Rosal sin espinas,
diamante, rubí
de mi alma genuina
y sabor cuculí.
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