Hablé con mi jefe el otro día,
para darle gracias por confiar en mí.
"Creo que usted es asperger", me decía:
"No tiene empatía y es infeliz".
¡Cómo se le ocurre decirme eso!
¡Quién se ha creído que es!
A otro perro con ese hueso..
Nadie le ha dado el rol de juez.
Pregúntele a colegas de aquí,
a los pacos, gendarmes y tiras,
a la gente que trabaja para mí,
que le digan que todo es mentira.
Pero creo que no le interesa,
aunque intente demostrar mi humanidad:
vivo en medio del infierno en mi pieza.
Da lo mismo lo que haga en realidad.
Debo labrar mi vocación de artista,
alzar el vuelo en un avión de papel.
Acaso soy del espectro autista,
pero nunca seré como él.
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