1 de abril de 2019
MVI.- Adictadura
No hay rosada hecatombe mayor
que el anhelo de lo más íntimamente:
la liviana amargura de esperar
y el deber de complacer a la nada.
Abrirse paso entre la nieve del vacío
y contemplar el oro basto de la noche:
sus pisadas no me dejan dudar,
pero nunca estoy seguro de su prisa.
Nunca manifiesta su patíbulo color
y se destruye, me acongoja y reclama
este sitio entre mis ojos cada verano,
todo el otoño y a veces florece.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario