2 de agosto de 2012
DCCXIV.- Me Gusta
Me gusta la espera de cuando te llamo:
que viene tu voz radicalmente clara,
de firme elegancia y presencia distinta:
yo busco el momento en que me hace feliz.
Me gusta la historia de los viejos trenes
que siempre se duermen en la oscuridad:
son páginas llenas de gente en andenes
que a veces leía el papá de la mamá.
Me gusta llegar a tu casa y ser niño
que espera en la puerta que lo vayas a buscar.
Me gusta porque llegas con tus llaves en las manos
y se abre la reja y no encuentro otro lugar.
Me gusta el silencio genuino y persistente
que inunda la copa de tu amabilidad:
es ir caminando desnudo en la arena
de una playa serena donde duerme el mar.
Me gustan tus manos que recogen el agua.
La fina y paciente representatividad
que te lleva de pie delante de la gente
que quiere ser digna, y eres pura Dignidad.
Me gusta el profundo, majestuoso y ferviente
rubor de tu mente cuando me hablas de amor:
si Dios me pidiera volver a la simiente,
yo no lo dudaría: elegiría tu calor.
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