
Yo venía caminando un día
y descubrí el extraño estruendo de las cosas:
el arrebato, la micción, la guía,
la primordial satisfacción de los conflictos.
Es algo raro. Lo pensé y lo quise,
lo desplegué sobre la mesa y lo observé.
Había grandes espectáculos de furia,
y los quinientos cigarrillos que jamás fumé.
Es la primera algarabía que olvidamos:
porque nacimos y perdimos el sopor,
que nos hicimos levemente humanos:
sólo la muerte nos acerca su comedia de pavor.
Yo me alejé. Sí, me alejé. Es terrible.
Me voy diciendo que no quiero navegar en soledad.
Y necesito tu preciosa compañía.
Estoy muriendo lentamente sin hallar la paz.
Pero me alegran los enjambres y las sillas,
le añaden cierta tempestad de buen humor
a la presencia irreverente del vacío.
Me gusta todo lo que tiene calor.
1 comentario:
Tú te alejaste. Sí, te alejaste. Es terrible.
:-P
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