10 de marzo de 2010

DCLI.- El Prohibido


Quería darme por entero y sin apuro.
Debió saberlo porque soy jilguero:
"Tú te pareces un poquito a mi papá,
a un arrebato para lágrima y conjuro",
pero se acaba la belleza y en enero
tenía tiempo de volar una vez más.

Al niño vértigo desnudo vil agreste,
un atractivo revulsivo para diosas,
la primavera lo vistió de bailarín.
La residencia de una mágica celeste
que navegaba en la comarca luminosa,
lo bautizó para la historia Cuculí.

Yo sólo fui la travesura del verano
o alguna amarga golosina impertinente:
lo que la gente no merece conocer.
Aquel anónimo amoroso tan lejano,
que se prestó sincero loco y diferente
para otro sueño peregrino de mujer.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

no digas tonterias,
siempre valen la pena las cosas
Quizá te de la sensación de que no sirvió de nada, que fué un error,
pero fué gracias a ese error que pudiste contemplar la belleza de otras cosas invisibles hasta ese preciso instante en que pensaste que te estabas equivocando.

Anónimo dijo...

Se cosecha lo que se siembra dice mi Tata

Nos gusta Cuculí Pop