Un día conocí a Su Majestad el Color Naranja,
abrí remedos pálidos del aire y vi que Dios
tenía reservadas para mí sus abundancias:
¡Qué rápido se ha vuelto en alegría mi dolor!
Resulta que el cartero desconoce la importancia
de ciertas fabulosas remisiones porque son
en él solo envoltorios y destinos que la agencia
confía a su equipaje sin estima ni valor.
Pero hoy yo recibí la primorosa luz de estampas,
sentí que un halo cándido de miel me subyugó.
Envió mi delicada Sinforosa lo que canta
magnifico allí dentro de su noble corazón.
abrí remedos pálidos del aire y vi que Dios
tenía reservadas para mí sus abundancias:
¡Qué rápido se ha vuelto en alegría mi dolor!
Resulta que el cartero desconoce la importancia
de ciertas fabulosas remisiones porque son
en él solo envoltorios y destinos que la agencia
confía a su equipaje sin estima ni valor.
Pero hoy yo recibí la primorosa luz de estampas,
sentí que un halo cándido de miel me subyugó.
Envió mi delicada Sinforosa lo que canta
magnifico allí dentro de su noble corazón.
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