19 de abril de 2006

XXIX.- Historia de las cosas


Imprudente arrepentido que doloso,
ahora despierta con el alma santa
y ya no espera la llegada de otro día nuevo
ni la mira con el grito en su garganta.

Qué pensarán todos ahora de mí?
Han de juzgar y condenarme todavía?
Acaso fue que nos mentimos sin ropa
que ya no soy ni la palabra de tu vida?


No existe nada que no esté desnudo, mujer,
lo que de muerte nunca ha herido tus muñecas,
hecho de sangre que respira y galopa o ver,
pues, su leprosa vil gallina clueca.

Y me he olvidado de vosotras lentamente
porque me he vuelto loco lento a arrepentir,
que nos amamos de mentira como niños,
y lo he volcado hasta la entraña morir.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

cruel

Anónimo dijo...

"Todo" no es como ayer, "todo" no será igual, pero habrá un mañana en la lobreguez de tu caminar.

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