
Oh, amor, somos tan libérrimos,
asustados en el agua, mira
que hasta las palabras de ánimo
suenan como de mentira.
Histéricos y eufemistas,
que abundan y tal como somos
pesados en el mismo plomo:
Seamos los imperfeccionistas.
Dime lo que pensando
vas queriendo decirme
y pensar todo lo que dime,
por favor, pero dime.
Sin lujo de detalles
ni material sublime:
Hola, qué tal y como somos.
Nunca pares de decime!
Y no te calles,
por favor, pero dime.
Dime.
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