MCCXII.- Quimey
¡Vamos a salir
airosos!
No seré
buen mozo,
pero digno,
nada más
de ti,
ni perfecto.
Te pareces
tanto a mí.
¡No te rindas!
Es el efecto
de tu color,
que es guinda
y que crece.
¡Brioso!
Profundo
cariño
caluroso.
Tú, la mujer
que hay en mí,
y el niño.
Vamos a salir
al cerro
que hay aquí,
a pasos
y unos payasos
y el perro,
y mis defectos.
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