29 de junio de 2025
MCCCVI.- Ulcera Ceguera Golondrina
He perdido un poema doloroso.
Lo había escrito en un papel que ya no existe.
Ni siquiera he podido recordarlo,
ni escribirlo y volverlo a vivir.
Le sangraba una herida punzante.
Y el áspera pena no dejaba de brotar:
por oscuros intersticios me quemó
y me ha dolido hasta desaparecer.
Hay miles de otros mundos en el mundo.
Lamidos, lágrimas y gritos, y cantos.
Un encendido bostezo de memoria,
el agridulce escabullido inexorable.
Ese aleteo de las vidas ya no está.
Que me acongoja tan profundamente.
Miro dormido el largo huirse de los sueños
y me puebla una sombra de melancolía.
Porque se han ido y su comparsa bulla
da a lo invisible, tras de sí, como su paso,
cual escorbuto, como lava prisionera
y le consume un apagarse que llora.
Los niños se han vestido de oro negro.
Las abuelas sin rostro sacuden el mantel.
Toda la gente se ha marchando, y la música
ya no se escucha en la victoria de la muerte.
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