¡Estirpe calabozo universal!
Me voy del mundo:
la rabia se aglomera en mi interior,
despido muertos.
Recibo una condena cósmica
e inmigro al sol.
Al sol que llevo dentro:
amarillo furia,
amago de incendio
y hacia lo que soy me vengo,
gritando, dejo de nacer.
Un enjambre me persigue:
voy corriendo,
me oculto en la pequeña matrioska
y con las manos rojas
ciego mis oídos al perfume de mí.
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