16 de diciembre de 2024
MCCLXXXI.- Que el agua hierba mate pastor
Respingo de mi alerta dignidad, confío.
Aguardo entre la niebla, tempestad y dolido,
rasgado y cuajado en el libro con que me libro
de cada hoja impresa que se lleva el viento.
La llama que nos llama y su estrella agazapada
se estrella en la sirena cuyo canto daba pena,
entre el incendio de las calles, y en la planta
que pisaba mi planta, se calle y resuena.
Del mal tiempo en que he perdido el tiempo,
de aquella tarde, cuando se hizo ya tarde,
y esa muñeca que guardaba en la muñeca,
para morder una manzana hasta la casa.
Domingo en que la abierta libertad es rocío
y un cardo que dobla su rosal marchito,
cegado y mojado en el pecho más digno
común y corriente, la corriente se lo lleva.
Lo mejor del temporal es que fue temporal
y el invierno más blanco dio en el blanco deshecho
de mi bota que bota tu bota de champán,
dejó pendiente ese pendiente en tu pecho.
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