
Si yo supiera que el bastión hecho de fuego,
el que separa mi prisión de las demás,
de las oscuras prisiones ajenas,
tiene compuertas cada diez o quince pasos;
si me rindiera sin alzar la voz
y cual Arquímedes absorto en su futuro invento
ignorase la llegada del soldado,
digo pretérito que no me conoce,
en la irrupción de la batalla del mundo,
todo un planeta iridiscente en mi ventana,
una clausura eternamente para mí
y sin aviso me llevara la muerte;
si lo supiera, de una vez y para siempre,
no podría seguir escribiendo.
Hay algo dentro que se llama herida furia,
una reyerta que hace días me atrapó
y confinado me ha tomado las manos,
para quitarme lo que tonto conseguí,
una casona donde corren niños
y el pueblo fétido en que vive la gente.
Yo ya no quiero ser el mismo nunca más.
2 comentarios:
Cómo vas? Después de años te vuelvo a leer, saludos.
Hola Pedro. Leí "Biografía no autorizada II" no sé por qué ahora no la encuentro por eso te comento en "Fischer 68".
Tienes un blog muy nutrido y surtido, sin lugar a dudas una vía para expresar tu indiscutible y manifiesto lado artístico. Eres muy bueno en esto, te lo dice una muy mala lectora; que sin embargo, se sintió atraída y conmovida por tu relato.
La intensidad y claridad con la que escribes esta experincia de vida, traspasa la emoción. A la luz de tus días actuales, todo indica que tu vida toma un rumbo nuevo, en que el amor y el arte se mezclan bellamente, extrayendo lo mejor. El mar se lleva los castillos de arena por muy esmeradamente que se hayan construido dando paso a un "Tú" más verdadero. Celebro contigo esta nueva esta tan anhelada en el amor, la belleza y el arte. Que goces cada minuto en el maravilloso encuentro y reconcilizción contigo mismo.
Un abrazo,
Paula
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