27 de enero de 2025
MCCLXXXV.- Surren Derezarme
Abdico, prefiero perder.
Resistir, padecer: no más.
No se comunican conmigo.
Algo los aleja de mí.
Contemplo la mirada del cielo,
la enorme grieta grita,
gime y gruñe sobre la tierra,
y un espanto despunta solo.
¿Qué importancia mis gemidos
sordos, qué vale mi amor dolor?
Ante el élitro pasmoso cósmico,
todo parece cosa vanidosa.
No se comunican conmigo.
Algo los aleja de mí.
Algo que simula abrir la boca,
distante marea semblante.
Pero vuelve cantante pedalea,
que escucha, que quiere tocarlo,
y un vigor de pesadilla la boca,
los ojos me cierra, callar.
Pedir una migaja al universo,
hacer que todo sea distinto,
rogar que como manda Dios.
Claudico, mi tregua para siempre.
Un día ser consuno me abrigo,
volar, desperdiciar vivir.
Pero no se comunican conmigo.
Algo los aleja de mí.
25 de enero de 2025
MCCLXXXIV.- Sum ergo cogito
No existe la realidad
y no percibo nada.
No hay fenómeno allá afuera.
El fenómeno soy yo.
No hay formas puras,
ni ideas rodeándome.
Mis ojos no te buscan.
Los miro en mí interior
Un canto me arroba
y la piara de la tierra
ilumina al Ser profundo,
el Ser que no soy.
La vida me inunda.
Sus ríos son mi voz.
Por ti se llena el mundo.
El cielo me hace brillar.
Mi sangre vuelve al corazón
y el fuego besa a la hoguera.
Yo soy el hogar del tiempo.
La muerte me viene a buscar.
19 de enero de 2025
MCCLXXXIII.- Maréter Cabanga
Siempre voy a estar atado al mar:
acontecer, pertenecer al agua.
Narval y sargazo de líquido plural.
La cumbre del Valle del Encanto
me frena, corriendo hacia el sol,
y no oigo su canto de arena.
Amordazado, la piel de ungüentos,
la vieja tartana de mis niños cuentos
y el calor colorín colorado.
6 de enero de 2025
MCCLXXXII.- No se desavalorine
Descubro una lámpara demente
en mi casa cada cierto tiempo:
tímida, confusa, apagada canción
de su brillo nocturno, y carente.
Por completo carente de seguridad,
donde me solazo en el recuerdo
delincuente del que adolecen
los vapores de mi vida nocturna.
Agradezco este camino atrapado
entre mamíferos de zócalo y carroña,
porque me agito y me sacudo, desprendo
su controversia que pretende matarme.
¡No, Señor, no me parece que lo acepte!
Retráctome diatriba que viene a mí,
la aparto de mi vida contundente y soy luz:
luz que participa de la música y canta.
Canto y cantaré cantando converso
en mi casa, cada cierto tiempo:
químico, difuso y delicado, presiente
tan maravillosame y fulgurando doy calor.
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